LA CRISIS DE LA EDUCACIÓN EN LA DÉCADA DE LOS AÑOS 80

Estimados Colegas:
Continuando con las propuestas de temas que nos involucra como docentes, actores del sistema educativo, en esta oportunidad les hago partícipe de la Historia de la Crisis Educativa en la década de los años 80 ocurridos en nuestro país y también a nivel lnternacional.
La crisis que se manifiesta a finales de los años sesenta surge por un desajuste, cada vez mayor, entre los sistemas educativos y las necesidades de la sociedad. Ya quedó indicado cómo a partir de 1945 el cambio histórico se acelera. Se producen notables modificaciones políticas, económicas, sociales y culturales. Aunque los sistemas educativos tratan de ajustarse a esos cambios, lo que se produce es una expansión cuantitativa de la educación, una expansión lineal. Ya en los años setenta se podía apreciar que los sistemas educativos aplicaban unos planes de estudios obsoletos, una inadecuación entre lo que se estudiaba y lo que en verdad era necesario, un desajuste grave entre los egresados del sistema y las necesidades de empleo del mercado de trabajo, una acentuación de las desigualdades educativas, un progresivo desequilibrio entre lo que se invertía en educación y lo que realmente se obtenía, etc.
Los problemas de los sistemas educativos se acrecientan, sin embargo, en la década de los 70 y, sobre todo, en los años 80. La razón hay que verla en la confluencia de diversos factores.
En primer lugar, el exceso de titulados. El crecimiento constante de la educación formal proporcionó una abundante mano de obra calificada que sobrepasó la demanda de este factor en el mercado de trabajo. La consecuencia mundial fue el desempleo masivo de titulados, desempleo que se hubiera producido de todos modos como consecuencia de la recesión mundial de 1973, pero quizá no con tanta gravedad. En el fondo, lo que esta crisis revelaba era que ni políticos ni administradores tenían un conocimiento suficiente de los sistemas educativos ni de las delicadas relaciones de éstos con el sistema económico, o de las respuestas que debían producir ante los importantes cambios que se manifestaban en su entorno.
En segundo lugar, el desajuste presupuestario. La crisis energética de 1973 y la correspondiente recesión mundial produjeron un desequilibrio grave entre los costes de la educación y los presupuestos nacionales. En toda esta larga crisis, la inflación implicaba aumentar los recursos presupuestarios para mantener los mismos resultados. Sin embargo, la realidad se impuso: para hacer frente a los diversos problemas económicos y financieros los gobiernos tuvieron que hacer drásticas reducciones presupuestarias. El desencanto, que sucedió a la fe ilimitada en la educación, contribuyó a los graves recortes presupuestarios.
En tercer lugar, la revolución tecnológica. El crecimiento espectacular de las tecnologías «puntas» (la microelectrónica, la biotecnología, la informática, la industria de nuevos materiales, etc.) demandó de los sistemas educativos una respuesta adecuada respecto de la sociedad tecnológica del futuro. Por otra parte, el estancamiento industrial y la expansión extraordinaria del sector servicios incidieron, asimismo, en los perfiles profesionales que los sistemas educativos debían proporcionar en un futuro inmediato.
Entonces, de acuerdo a los factores que incidieron en la crisis de los sistemas educativos, mi pregunta es: Nuestro sistema educativo peruano ha superado la crisis de la década de los años 80? Es posible aplicar Toynbee para el análisis?

Fernando Juli Castillo
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Creo que el análisis de Toynbee puede aplicarse, el problema surge de su alcance, es decir, si es fructífero y a que escala y sus constructos teóricos son válidos y/o útiles a la luz de: La teoría de la complejidad, de la epistemología cualitativa y demás.

Por ejemplo no comparto la posición de que se habla de un grupo minúsculo de potenciales creativos dentro de una sociedad. Considero que un rezago de esa forma de concepción da lugar al caudillismo, porque es más probable que esa idea genere una esperanza mesiánica en unos o unos creativos por parte de un grupo, asumiendo a los últimos como agentes pasivos , sin voluntad y ajenos de su propia determinación. Incluso fatalista. Por que habría que esperar que llegue esa etapa en que éstos “creativos aparezcan y esperar que no perezcan.

Dentro del campo epistemológico éste principio de la dinámica social (si así puedo llamarlo), plantea una relación determinista y unilateral, una relación sujeto – objeto. En donde la influencia bilateral de los agentes dinámicos queda relegada por un exclusivo, autosuficiente en sí mismo y único actor, relegando el dinamismo activo y determinante del grupo

De acuerdo con las teorías propuestas, las relaciones que estable el hombre, deben ser consideradas en un análisis dialéctico, complejo e integral, cabe decir una relación sujeto - sujeto. En está relación el sujeto de acción, a medida que cambia su entorno y modifica al sujeto de su interacción, se modifica así mismo, en una constante y dialéctica determinación mutua.

Por ello, considero que adoptar, tal cual, el criterio de Toynbee(sobre todo de éste principio) me parece peligroso si se pretende elevar los estándares educativos tanto en sus aspecto cuantitativo como cualitativo, por que no ayuda a realizar un análisis de la compleja dinámica del proceso educativo.

Ps. Fernando Apaza Charca